En el pasado mayo, mes en que se celebra el Día Mundial del Comercio Justo, en la Factoría de Valores nos formamos sobre alimentación justa y saludable. Lo hemos hecho junto a compañeras de organizaciones locales como el proyecto agroecológico Tierra, Papel, Tijera o Slow Food Araba, la organización de comercio justo ecuatoriana Maquita y con Isa Álvarez.
Junto a todas ellas tuvimos actividades de lo más interesante: una charla en la que descubrimos que los retos a los que se enfrenta la agroecología son similares en Euskadi o en Ecuador. Un curso en el que nos formamos sobre soberanía alimentaria preguntándonos “¿cómo hemos pasado de cocinar en olla a hacerlo en microondas?”. Y también tuvimos un taller de cocina (¡gracias BioAlai por dejarnos vuestro espacio!).
Explicar todo lo aprendido durante el mes sería demasiado largo, pero sí queremos compartiros la receta que hicimos utilizando ingredientes provenientes de cultivos ecológicos y de Comercio Justo. Hicimos una ensalada de pasta eco-justa; ¡ahí va la receta!
Con estas cantidades preparamos unas 12 raciones:
-500gr de pasta Comercio Justo: fusilli con harina de trigo y quinoa
-Un cogollo
-Tres tomates
-Tres pimientos verdes
-Una cebolleta
-Una remolacha
-Dos zanahorias
-Vinagre de vino
-Aceite de oliva virgen extra
-Un vaso de leche
Por un lado, ponemos a hervir la pasta cuidando que no esté al fuego más minutos de los recomendados. Por otro lado, preparamos las hortalizas: cortamos el cogollo en tiras, y en pequeños pedazos los tomates, los pimientos y la cebolleta. La remolacha y las zanahorias las pelamos y las rallamos.
Cuando la pasta esté lista, la pasamos por agua fría para cortar la cocción y la escurrimos. A continuación mezclamos todos los ingredientes y aliñamos.
La ensalada la podemos aliñar de la forma habitual (con vinagre y aceite). Nosotras en esta ocasión decidimos preparar una «lactonesa«, para lo cual pusimos la leche en el vaso de una batidora de mano y fuimos añadiendo poco a poco el aceite y batiendo hasta que conseguimos que la salsa tomara el cuerpo que queríamos.
¡Y eso es todo! Ya tenemos nuestra ensalada fresquita, saludable y justa.
PD. No nos hemos podido resistir: también os pasamos una recomendación que nos dio Isa Álvarez en el curso sobre soberanía alimentaria: el cortometraje de Joaquín Reyes y Carlos Areces Dos tomates y dos destinos.